domingo, 6 de enero de 2013

Día de Reyes

Como cambian los tiempos, señal inequívoca de que uno se va haciendo mayor, aunque le pese. Recuerdo los días donde llegaban dos barbudos y un negro montados en Dromedarios que no Camellos, y la calles de mi barrio eran una fiesta. Niños correteando de un lado a otro, padres enseñando a montar a sus hijos en bicis BH de colores llamativos, zagales pateando balones asustando a viejas con un "nenico ten cuidao con el balón" en la boca.



Que diferente a nuestros días  esta mañana he salido a tomarme en cafelito purgante de rigor de las mañanas y mi barrio parecía Walking Dead, no se veía un chiquillo y a estas horas sigue sin verse. ¿Que les ha pasado a los niños?, ¿ya no hacen balones?, ¿han descarrilado los de los dromedarios que no camellos?....



Me da pena ver las calles tan desiertas, sin la algarabía de antaño y lo que es más preocupante: los niños ya no juegan en la calle. Todo aquel al que le guste algo la etología sabe que el juego es para todos los mamíferos pauta imprescindible del aprendizaje, donde se desarrollan las aptitudes que nos harán falta cuando seamos adultos. Desconozco si viendo un videojuego en casa, estos niños aprenderán a saltar, correr, relacionarse, etc de igual manera que cuando nosotros eramos niños y estábamos sollandonos las rodillas jugando al balón...aunque me da a mi que no. Aunque eso sí, sus dedos serán el encanto de toda novia, si es que consigue encontrar a alguna, en la calle no creo.


viernes, 4 de enero de 2013

El por qué de las cosas...

¿Por qué? Es una constante en mi vida, tengo la jodida manía de racionalizarlo todo, de preguntarme hasta la saciedad, el "¿Por qué?" de las cosas. Desde ¿como es que este Pinus nigra subsp. salzmannii crece de esta forma tan caprichosa en lo alto de esta montaña? a preguntarme por comportamientos humanos que me sacan de mis casillas, muchos de los cuales, soy incapaz de hallar una respuesta que me satisfaga. 



Soy ante todo una persona curiosa por naturaleza, igual que un Hurón (Mustela putorius furo) al que despierta su curiosidad todo lo que lo rodea.  Y claro está, esta "patología" puede resultar graciosa e incluso interesante un rato (dependiendo de la paciencia del oyente en cuestión) enseguida pasa a ser un "tocamiento escrotal de órdago". Por eso me he recetado un blog, como tratamiento. 


Así dejo de dar por saco de persona en persona (a veces es agotador)  y puedo dar por saco a mayor numero de gente, con el mismo esfuerzo. De esto ya se dieron cuenta unos tipos muy simpáticos,  germanos para mas señas, a los que el gasto de balas se les salía del presupuesto (como son esta gente mirando el céntimo) e idearon una salas muy monas, por cierto, donde daban rienda suelta a uno de esos comportamientos humanos a los que todavía no he hallado razón de ser. 

Y no se si esta "patología" fue la que me llevo a la naturaleza o fue la naturaleza la culpable de estas noches sin dormir cuestionando lo incuestionable, pero para paradojas ya tenemos al felino de Schrödinger. Lo que si es cierto es mi amor al binomio naturaleza-deporte, amor que le profuso de las mas diversas formas: pateando, escalando, deslizando..., acurrucado a ras de suelo, encima del suelo, sobre el suelo.... las cuestiones del amor siempre fueron complicadas. 

Pues entre tocamiento y tocamiento, no se me vayan ustedes a relajar mucho, habrá alguna entrada donde un paisaje ha iluminado mis ojos, retos personales han sido superados o alguna escapada corriendo en busca del amanecer perfecto. Que ustedes lo soporten...